El perro azul

Erase una vez dos princesas que salieron una noche a un baile. Al final de la velada se encontraron con que no había príncipes que les pidieron que se casasen con ellas así que tuvieron que volver solas cuando se cerro la sala de bailes. Era una fría madrugada de invierno y las dos princesas se encontraron en la calle. La princesa rubia intentaba encontrar un carruaje gritando en la calle: UUhhh, algún carruaje por aquí?! uuhh... Mientras le decía a la princesa morena que no había carruajes y que no quería volver andando. La princesa morena saco su paloma mensajera para llamar a un carruaje taxi.... La princesa rubia vio pasar a un carruaje y dijo: Carruajeeeee, nos llevas a casa?! a lo que el carruaje hizo caso omiso, pero la princesa no le dio importancia al ser un carruaje de pobres plebeyos. La princesa morena parecía que no era muy eficaz por lo que la princesa rubia no desistió y siguió gritando para conseguir un carruaje para volver a su castillo. 

De repente y haciendo caso a sus plegarias apareció un precioso carruaje alemán que se paró delante de las dos princesas y se bajó la ventanilla. Un caballero les dijo:

-Hola, os llevo a casa?

-Hola, respondió la princesa rubia. A pesar del alcohol bebido la princesa tuvo un momento de duda ya que no le sonaba la cara de aquel caballero que venía a su rescate en su corcel y miró a la princesa morena.

-Si, claro, respondió enseguida la princesa morena mientras abria la puerta del carruaje y cogía de la mano a la princesa rubia con la intención de subir. 

-Pero, le conoces? dijo la princesa rubia.

-Claro, no te preocupes.

-Ah bueno, la princesa rubia se despreocupó y subió al carruaje agradeciendo la calefacción y el confortable asiento de cuero. Le dio la dirección de su castillo al caballero que empezó a conducir. El caballero empezó a hablar con la princesa rubia que se preguntaba si no habrían conocido al caballero a lo largo del baile pero que no se acordaba debido al efecto de los refrigerios servidos. 

-Entonces te gustan los perros? es que tengo uno...

-Ah si? y de que raza es? Dijo la princesa rubia que pensó que lo menos que podía hacer es mantener una charla ligera con el caballero. 

-Es un labrador.

-Ah si? Me gustan los labradores, yo tuve uno de pequeña, son muy elegantes.

-Es del color del carruaje

-Tienes un perro azul? respondió con sorpresa la princesa rubia. Ya que aunque borracha se había percatado de que el color del carruaje en el que se subió era de ese color, un azul marino muy bonito.

-No, es del color del interior, es beige, dijo el caballero, ya que los asientos estaban tapizados de cuero beige que es un color bonito para un labrador.