El otro día fui ha hacerle una visita a mi amiga la asesora de imagen / estilista / peluquera en Franck Provost que frecuento desde hace varios años ya que nadie más que ella está autorizada a tocar mi pelo. Aparte de la sesión de marujeo (voy de maruja en maruja y tiro porque me la estruja) habitual y de poner verde a su compañera de trabajo, me dejo así mientras estudiaba las tendencias en cuanto a decoración y los nuevos looks de Carla Bruni.
Entonces me di cuenta de que con el plástico en el cabeza me sentía como una lechuga en la nevera al lado de una zanahoria, y que le dice una zanahoria a una lechuga? Estás muy fresca! y la lechuga enfadada le responde, pero de que vas? pues de Bitter Kas! Pues me la chupas y te vas! Pero que arrogante, y tu de donde sales, pues vengo del súper, pero soy de la nueva generación de lechugas bio, esa nueva tontería que se han inventado para que paguen más por mi. Se supone que no tengo ningún producto químico dentro de mi. Pues que guay...al final salí de allí así...
Entonces me di cuenta de que con el plástico en el cabeza me sentía como una lechuga en la nevera al lado de una zanahoria, y que le dice una zanahoria a una lechuga? Estás muy fresca! y la lechuga enfadada le responde, pero de que vas? pues de Bitter Kas! Pues me la chupas y te vas! Pero que arrogante, y tu de donde sales, pues vengo del súper, pero soy de la nueva generación de lechugas bio, esa nueva tontería que se han inventado para que paguen más por mi. Se supone que no tengo ningún producto químico dentro de mi. Pues que guay...al final salí de allí así...
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